Quizás impensable en el considerado frío territorio patagónico, un magnífico corredor de playas se extiende desde el sur de la provincia de Buenos Aires, bordeando toda la costa oeste de Río Negro y el noroeste de Chubut. Encantador y sorprendente, tiende sus miles de kilómetros de playas de aguas templadas que, alternando limpias arenas, rodados y abruptos acantilados, invitan a la práctica de aventurados deportes y al disfrute del sol y la tranquilidad.
Iniciando por la bonaerense y apacible Bahía Blanca, la cual inaugura los primeros desniveles del norte patagónico, desemboca prontamente en doradas playas de mar calmo. Médanos, puertos, golfos, barrancas y bulevares costeros completan este inigualable paisaje marítimo argentino, digno de recibir de modo permanente la llegada de los turistas más exigentes.
Llegando a Río Negro, la madre naturaleza deleita con sus playas y balnearios guiando hacia la admiración de exóticas formaciones y el desarrollo de actividades emocionantes y riesgosos deportes: caminatas, excursiones en 4 x 4, surf, buceo, windsurf, jet-ski, esquí acuático y pesca, entre los principales. Un tanto más al sur, la comarca Las Grutas- San Antonio Oeste conduce de playa en playa cautivando la mirada y el cuerpo e invitando al desarrollo de innumerables acciones aventuradas.
Ya en la provincia de Chubut, Puerto Madryn, Puerto Pirámides, Península Valdes, Trelew y Rawson deslumbran con sus extraordinarios paisajes, sus avistajes incomparables y su más que completa cartelera turística. Entre febrero y mayo aparecen las orcas; de junio a diciembre se vislumbran los alumbramientos de la ballena franca; mientras que durante todo el año el mayor atractivo lo constituyen los delfines y toninas. Colonias de pingüinos, elefantes y lobos marinos también son centros de atracción para quienes llegan a la zona.
Pero la magia no termina allí porque este corredor puede ampliarse hasta alcanzar las maravillas de Comodoro Rivadavia y Villa Balnearia Rada Tilli, donde el disfrute del agua, la arena y el sol, se extiende hasta la satisfacción de experimentar apasionantes deportes para los cuales el terreno se presenta propicio. Así el carrovelismo, el windsurf y el kayakismo, encuentran en estos espacios chubutenses sus pistas ideales.