Maravillosa ciudad hecha de acantilados e incitada a la vida por un puerto, hoy considerado el más importante del litoral atlántico,
Puerto Deseado se alza en el noroeste de la provincia de
Santa Cruz, encabezando el departamento de su mismo nombre. El río que atraviesa su territorio -digamos una ría-, presenta la característica de haber dejado de volcar sus aguas al océano, permitiendo el ingreso de éste al continente.
Acantilados, cañadones, riscos y estepa definen el panorama de
Puerto Deseado, una ciudad donde el clima oscila en la franja que va de templado a frío, siendo más húmedo en invierno que en verano.
Estas condiciones naturales han hecho de
Puerto Deseado uno de los principales centros de actividad pesquera de altura en toda Argentina. Aunque, si algo define cabalmente a este lugar, es su
vocación turística. Decenas de excursiones náuticas y terrestres, paisajes fascinantes, reservas naturales e indescriptibles avistajes de especies patagónicas, conforman su irrechazable propuesta.
Uno de los atractivos más significantes de este rincón santacruceño lo constituye la
Reserva Natural Río Deseado, geológica y faunísticamente única, tanto por su biodiversidad, como por resguardar en su seno al único río sudamericano cuyo cauce abandonado fuera ocupado por el mar. Los
Miradores de Darwin se anexan a esta línea sobre el final de la ría, permitiendo la contemplación de fantásticas escenas.
Cabo Blanco con su faro y acantilados borrascosos,
Bahía Laura,
Bahía Oso Marino,
Isla Pingüino y
Cañadón del Duraznillo se configuran como naturales observatorios de la vida silvestre, especialmente indicados para los aficionados a las aves.