Lugar de descanso en el viaje hacia el sur argentino, la ciudad de Río Colorado se convierte en paso obligado, aunque gratamente satisfactorio, para todo aquel que tiene como destino Río Negro, Neuquén y más allá. Paisajes patagónicos, serenidad, belleza, este pedacito de territorio y la comarca que lidera aseguran a las vacaciones una agradable previa.

Entre los atractivos destaca el cruce privilegiado del río Colorado, que al bañar las costas de la ciudad impulsa el nacimiento de otro gran punto de referencia: el camping balneario municipal. Arbolado y acondicionado con excelentes servicios, este espacio natural recreativo propicia al visitante las comodidades necesarias para vivir jornadas de disfrute placentero.

Pero ello no es todo, porque la comarca de Río Colorado es un abanico de paisajes, campos de secanos con vida silvestre, salinas que acompañan la bellísima vista de los campos ganaderos, y cuenta en su extensión con al menos dos concurridos cotos de caza, en los que el jabalí es la pieza más codiciada. Y si de disciplinas de riesgo se trata, esta comarca es, además, una gran anfitriona para los aficionados al remo, el rafting, la pesca con mosca y las regatas.

Otra posibilidad turística más tranquila consiste en visitar las numerosas granjas de la zona, en las cuales se cría todo tipo de aves de corral, conejos destinados a la exportación, vacas, ovejas y cabras; así como los cultivos de manzanas, duraznos y cerezas, y las fábricas elaboradoras de jugos que utilizan en sus procesos productivos la materia prima propia del lugar.